La Alternativa Racional, n. 33, p. 23-25 (1994).
Vishwa Jit Gupta
Eustoquio MOLINA
El reciclado es una actividad muy loable en el campo del ecologismo, pero cuando los fines que se persiguen son fraudulentos y lo que se pretende es realizar multitud de publicaciones "científicas", utilizando fósiles comprados o robados y afirmando que provienen de una localidad inventada, dicha actividad se convierte en pseudocientífica. Desde el famoso fraude de Piltdown ningún otro ha afectado tanto a la paleontología como el perpetrado por el profesor Vishwa Jit Gupta de la Universidad de Chandigarh (India). Si bien existen algunos aspectos similares, el caso tiene una connotaciones muy diferentes: mientras en el caso de Piltdown la falsificación de un solo fósil tuvo una repercusión enorme, debido a sus implicaciones en el origen del hombre; en el caso Gupta numerosas falsificaciones en el campo de la paleontología perjudican notablemente el conocimiento geológico de la cordillera del Himalaya, y aunque está teniendo una menor transcendencia fuera de la comunidad científica, constituye el fraude conocido de mayores proporciones. El descubridor de este caso ha sido el profesor John A. Talent de la Universidad de Macquarie (Australia), especialista en braquiópodos silúricos y devónicos y en paleogeografía, que ha estudiado durante muchos años el Himalaya, lo que le ha permitido conocer y desvelar este fraude. En el año 1987 lo dio a conocer presentando una comunicación en un congreso en Calgary, y en 1988 publicó en la revista alemana Courier Forschungsinstitut Senckenberg, en colaboración con un científico australiano (John W. Pickett) y dos hindúes (Rajendra K. Goel y Arvind K. Jain), un artículo en el que exponía una serie de "anomalías", las cuales posteriormente han sido confirmadas y precisadas en otros artículos en revistas de mayor difusión: Science, Nature, The Australian Geologist, etc. Estas prácticas pueden parecer poco graves consideradas individualmente, y es más, a veces algunas de ellas intentan ser llevadas a cabo por ciertos investigadores en su afán por publicar en revistas de prestigio. Esto ha sido puesto recientemente de manifiesto por John Maddox, editor de la revista Nature, en la cual Gupta ha logrado publicar varios artículos. Dos de ellos que datan de 1964, en los cuales proclama sensacionales descubrimientos sobre graptolites, que nunca han podido ser comprobados en el campo, han resultado constituir sus primeras falsificaciones importantes. Seguramente, la publicación de estos trabajos en una revista tan prestigiosa, le estimuló para planificar el engaño a mayor escala. Normalmente estos fraudes son descubiertos y los artículos rechazados, ya que la ciencia se ha dotado de un mecanismo de evaluación, que permite detectar gran parte de los engaños antes de que lleguen a publicarse. Sin embargo, no todas las revistas, y menos los libros, están dotadas de un sistema de revisión y evaluación, con lo que no resulta extraño que ciertos fraudes lleguen a consumarse. Las proporciones del caso Gupta son espectaculares y no se conoce otro igual en el mundo de la paleontología. Desde 1964 a 1990 este "investigador" ha realizado por lo menos 458 publicaciones, entre ellas 5 libros, que tratan sobre distintos grupos de fósiles, tanto microfósiles como macrofósiles de vertebrados y de todos los tiempos geológicos, así como sobre aspectos muy diversos de la geología del Himalaya, desde Cachemira a Bután, y sobre Irán y Pakistán. Estas publicaciones divididas entre los 26 años de actividad dan como resultado la publicación de una media de casi 18 trabajos anuales, lo que por sí solo indica que se trata de un genio o de un farsante. Como consecuencia de este abultado curriculum vitae consiguió diversos grados de master y doctorado y el nivel de catedrático, siendo un personaje influyente en el campo de la geología y política universitaria de India. Esto le ha permitido conseguir cuantiosas subvenciones para impartir conferencias en congresos y universidades, participando en cerca de 70 excursiones en el extranjero. Además, la posibilidad de "colaborar" con numerosos científicos, pues hasta un total de 128 científicos, 56 de ellos extranjeros de 20 países distintos figuran como coautores de sus publicaciones. Los frecuentes viajes y visitas a centros de investigación permitieron a Gupta comprar fósiles en distintas tiendas, recolectar en excursiones a localidades clásicas, robar o pedir prestados -con fines docentes- fósiles que después eran utilizados para realizar sus publicaciones, indicando que provenían de otros lugares generalmente de difícil acceso o errónea localización. Sin embargo, el tipo de conservación de algunos fósiles fue una de las causas que alertó a Talent cuando en 1986 visitó la tienda de fósiles de Alain Carion en París. En esta tienda compró unos ammonoideos procedentes de Marruecos, que eran idénticos en conservación a los que Gupta afirmaba haber encontrado en el Himalaya, y figurado en un artículo publicado en 1983 en colaboración con el paleontólogo alemán Heinz K. Erben, uno de los especialistas más prestigiosos en este grupo, el cual aparentemente fue engañado por Gupta como tantos otros que consciente o inconscientemente figuraron como coautores. En el tiempo transcurrido desde que el asunto fue denunciado públicamente Gupta no ha aportado ninguna prueba convincente, que pudiera establecer su inocencia sobre la acusación de reciclado, localización falsa, etc., y se defiende afirmando que Talent es un espía pakistaní, que le ataca para darse publicidad, y desviar las críticas sobre su propio fracaso acerca de la geología del Himalaya. Por otra parte, el profesor Bruce Waterhouse de la Universidad de Queensland, amigo de Gupta y principal coautor con 19 publicaciones conjuntas, es el único científico que le ha defendido públicamente, afirmando que se trata de un caso de exageración por parte de Talent y que los fósiles posiblemente fraudulentos son una minoría. Las motivaciones de esta defensa parecen ser la relación de amistad y la salvaguarda de su propia reputación. Ahora bien, las dimensiones del fraude tienen una importancia menor que la práctica habitual del mismo, y la comunidad científica no puede permitir estas conductas. Otros casos de ciencia de poco rigor y baja calidad pueden constituir un problema, pero el engaño sistemático -por pequeño que sea- es un fraude intolerable. Por otro lado, parece lógico que algunas publicaciones de Gupta, especialmente aquellas realizadas en colaboración, contengan datos verdaderos, y la mayoría estén metodológicamente bien redactadas, en caso contrario no se explica que un fraude de esta naturaleza no se haya descubierto antes. Pero aunque tarde, varios de los colegas y coautores: A.D. Ahluwalia, S.B. Bhatia, U.K. Bassi, Ph. Janvier, etc., han afirmado públicamente que las acusaciones expresadas por Talent son muy fundadas. Además, desde que el fraude fue descubierto diversos investigadores han tratado de evaluar su magnitud. Así en algunas revistas tales como Journal of Paleontology recientemente se han publicado artículos por Gary D. Webster y otros, tratando de verificar los datos sobre equinodermos y conodontos, y han confirmado las acusaciones anteriormente expuestas. En este sentido, la comunidad paleontológica parece tener pocas dudas de la honestidad de Gupta, y existe un fuerte clamor de condenación por los cargos que se le imputan. Sin embargo, en India su condena no es tan evidente, ya que inicialmente fue suspendido de sus cargos en la Universidad, pero posteriormente rehabilitado, aunque ya no imparte clases. Las acusaciones están siendo investigadas por el Servicio Geológico de la India y otras entidades, organizándose una expedición a las supuestas localidades de los hallazgos dirigida por el doctor A.S. Paintal. Así se han buscado evidencias en los últimos años que están siendo estudiadas por un juez retirado que debería celebrar un juicio durante 1994. Este caso tiene complicaciones que conciernen al estatuto profesional de los profesores hindúes, ya que como empleados del gobierno no pueden ser destituidos de sus privilegiados puestos sin un proceso legal de difícil implementación. Por el momento, las consecuencias para el Departamento de Geología al que pertenece Gupta son nefastas, ya que ha perdido su prestigio y apoyos económicos. El ambiente entre el personal esta envenenado, especialmente entre sus colaboradores sobre los que recaen sospechas de complicidad. Compañeros y coautores -probablemente honestos- han sido inculpados por no haberle denunciado antes, y sus quejas han sido interpretadas como intentos de salvar su propia piel. Si las indagaciones efectuadas no consiguen probar los cargos y el informe de Paintal no tuviera el suficiente peso (al parecer sólo consiste en una página y media sobre los resultados de la expedición a Spiti en el Himalaya), Gupta puede tardar en ser oficialmente condenado, o no serlo nunca. Y da la casualidad que en la Universidad de Candigarh se encuentran con un acuciante problema: pronto le correspondería a este siniestro personaje ser el Decano, pues este no es un cargo electo en India. ¿Cuáles son las implicaciones del caso Gupta? ¿Qué
importancia tiene en la producción científica global? ¿Por
qué se producen estos fraudes? ¿Cómo pueden evitarse
estos y otros casos de pseudociencia? Este caso implica gravemente a la
paleontología y crea un problema en su aplicación geológica
a una determinada región que tardará tiempo en ser solucionado
en su totalidad. Sin embargo, la importancia dentro de la ciencia es mínima,
ya que la producción científica actual es de tal magnitud
que la actividad fraudulenta de un "investigador" es prácticamente
irrelevante. Estos fraudes se producen principalmente porque no estamos
acostumbrados a pensar que los científicos pudieran ser deshonestos
y a veces los controles se relajan. Ahora bien, estos fraudes pueden y
deben evitarse y la ciencia se ha dotado del mecanismo para ello, ya que
la producción científica se controla normalmente por la revisión
de los trabajos por varios investigadores sobre los que el editor de la
revista toma la decisión de publicarlos. Este mecanismo de control
es muy diferente al concerniente a las publicaciones pseudocientíficas
en que las editoriales suelen publicar los libros en función del
atractivo y las perspectivas de venta. Por esta razón en el ámbito
científico los fraudes son la excepción y no la regla, así
como por la aplicación rigurosa del método científico,
y a pesar de que estos mecanismos sean poco eficaces ante fraudes deliberados,
estos son finalmente descubiertos mediante la revisión y el debate
científico.
Bibliografía Ahluwalia, A.D, Bhatia, S.B., Bassi, U.K. y Janvier, P. 1989.- The peripatetic
fossils: part 3. Nature, 341, 13-16.
|